miércoles, 1 de febrero de 2012

EL PINTOR MARIO MARÍN EXPONE EN UNODEUNO

NP.-I.FRÍAS//DIARIO JAEN
1-02-2012

Mario Marín, tras una de sus obras "descabezadas"

Retratos humanos que prescinden del rostro

Si el rostro es el espejo del alma, al menos eso es lo que dice el dicho, para el pintor onubense Mario Marín es una parte del cuerpo humano perfectamente prescindible a la hora de retratar a una persona. Así lo pone de manifiesto en la exposición que inauguró ayer en la galería Unodeuno de Jaén, en la que muestra una serie de figuras sin cabeza, pero que son (para quienes las conozcan) identificables.

"El retrato, a la manera cl´´asica, es una especie de instantánea -subraya el pintor-, pero el verdadero retrato está en los detalles como la personalidad, las manos, el atuendo, los complementos o en la manera de situarse".

Las obras que expone forman parte de una colección de pinturas al óleo sobre papel y otros soportes. También exhibe una serie realizada en tinta con resina y aguarrás.




La identidad como concepto, se desarrolla más en tanto que estructura interna que como conjunto de rasgos y peculiaridades. El rostro funciona como platea donde se escenifica este andamiaje. Cuando lo eliminamos, surge el buen retrato. Unos zapatos son un retrato, unas piernas son un retrato y un torso es un retrato.

En esta serie, el retrato es extensión de la experiencia contada del retratado, combinando la propia reducción de lo esencial con la especulación externa, ya que todo individuo construye su identidad con lo que cuenta y se cuenta de él. Una recopilación proporcionada de imágenes suyas a distintas edades, podría funcionar como base de datos ideal, conformando una imagen más completa de su auténtica identidad, revelándose como diagnosis, como boceto final.

La serie de retratos decapitados hurga en el dilema de la identidad. Se recrea en el arché griego. En el concepto esencia como salida y meta de la carrera de todo individuo, de su recorrido vivencial. Inicia la búsqueda del protorretrato. El descabezamiento es imprescindible